El mundo de Samara

El mundo de Samara

A sus 5 años, Samara Caicedo Mendoza va a la Escuela de Educación Básica Sandro Pertini. Es una niña independiente y dispuesta a colaborar en las tareas del hogar, ha tomado clases de fútbol, de ballet, le gusta pintar y participar en clases.

Hay una pared en la lavandería de su casa que está llena de dibujos de colores, de manos, de garabatos… sentada de espaldas a esa pared, que lleva un tiempo decorando, Samara contaba hasta 5.

Un poco nerviosa frente a la cámara de nuestro equipo, la niña de 5 años acudía a la entrevista para la que se había preparado, desde la noche anterior. Junto a ella, estaba la escobita de menos de un metro de altura que usó para barrer su habitación y, en la sala, su abuela Ximena Reyna, se mantenía alerta a todo lo que le preguntábamos.

“One, two, three, four, five”, Samara aprendió a contar en inglés solo viendo videos de Youtube, comentó su madre, Daniela Mendoza, cuando regresó del trabajo. Y es que Samy, como le dicen de cariño, se caracteriza por ser una niña independiente. Su abuela, quien a veces la cuida por las tardes, destacaba que Samara escoge su ropa y que se prepara el desayuno, los fines de semana.

Salón lila

Samara es risueña y el día que nuestro equipo visitó la Escuela de Educación Básica Sandro Pertini, su reacción fue automática frente a la cámara, mostró los dientes en una gran sonrisa. Estaba peinada con dos moñitos amarrados con cintas lila, como el color del salón en el que estudia y donde, hasta esa mañana, la miss Paty le preguntó: 

– ¿Por qué eres la mejor?

– Porque mi mamá me ama, respondió Samara.

– ¡Muy bien!, dijo la miss y siguió preguntando lo mismo a todos los niños y las niñas del salón ¿Por qué eres el mejor?

Y todos respondían y se sentían muy contentos, diciendo que eran los mejores porque sus papás los amaban y hasta alguien, por ahí, dijo que porque la mamá le hizo arroz con huevo.  

“Toda respuesta es válida, yo no puedo decirles está mal”, comentaba Patricia Pico, Profesional de Enseña Ecuador (PEC), la tarde que recibió a nuestro equipo en el lugar favorito de su casa, el garaje donde se sienta a trabajar los días muy calurosos y donde tiene las plantas con las que conversa.

Todos son capaces

La Escuela de Educación Básica Sandro Pertini tiene 400 estudiantes en dos jornadas matutina y vespertina.

Para la miss Paty, preguntarles a sus estudiantes de primer grado ¿por qué son los mejores? es fundamental para que ellos y ellas reconozcan que son personas importantes, primero, en su propia vida y luego en la de las demás personas, y para que se sientan bien y se sientan capaces.

Esta actividad la comenzó desde que es parte del Programa de Liderazgo de Enseña Ecuador, comentó, pues allí se dio cuenta de que el aspecto socio emocional de las niñas y niños va más allá de consolarles cuando lloran. 

En su experiencia como docente, desde hace más de 25 años, ha visto cómo muchos de los niños y niñas que empiezan su vida escolar, se limitan a decir: “no puedo”. Así que ella intenta motivarlos en todas las actividades que, a esa edad, se enfocan en el desarrollo del pensamiento y las aptitudes para aprender.

 

En el salón, Samara estaba sentada en la primera silla, junto a la puerta y se entusiasmaba por participar. Para la miss Paty, todo tiene una razón de ser por lo que en su clase suele ubicar a los niños intercalados con las niñas y mezcla a los que más hablan con las que menos hablan. Esto ayuda a que ellos y ellas aprendan de los demás, que los introvertidos se vuelvan más sociables, que los inquietos se vuelvan un poco más calmados.  

Inseparables

De vuelta en la casa de Samara, ese viernes, su madre Daniela, llegó del trabajo cerca de las 15:00. Ella es enfermera, originaria de Muisne, Esmeraldas, y migró a Guayaquil con su madre Ximena hace más de 10 años, en busca de más oportunidades. Mucho antes, cuando Daniela era una niña, Ximena ya había salido de la isla esmeraldeña hacia España, así que, cuando volvió, y su hija se graduó del colegio, ambas se fueron a Guayaquil.

Un día antes, Samara llegó con una noticia: la miss Paty ya no sería su profesora. La llevaron a otra escuela como directora (por Patricia conocimos que, hace algún tiempo, propusieron una terna para directora en su escuela y ella participó y, aunque no la escogieron, sí la tomaron en cuenta para la dirección de otra escuela). A Daniela le dio tanta pena que lloró, pero Samy estaba tranquila y dijo que la nueva profesora también le gustaba.

“Quizás Samara es tan independiente, porque a veces soy muy estricta con ella”, comentó su madre quien comparte los cuidados de su hija y sus hermanos de 15 y 10 años con Ximena, ambas se ayudan mutuamente, para poder trabajar.

Daniela y el padre de Samara están separados, pero se llevan bien, por lo que algunas tardes él también la cuida. Muchas veces, Daniela y Samara van al parque Samanes porque está muy cerca, pero esa tarde, salieron en la bicicleta, a un pequeño parque de la urbanización en la que viven.

En algunas ocasiones, Patricia se ha encontrado con ex-estudiantes que la saludan con cariño. Ya son jóvenes y, a muchos, no los reconoce de inmediato. Por su clase han pasado tantas niñas y niños que, aunque no les recuerde de forma individual, siempre lleva un recuerdo grupal y las fotos que colecciona en la nube, y que busca con entusiasmo cuando dice que con tal grado jugaron carnaval y con tal otro pintaron en el patio con los pies.    

Quizás Samara y sus compañeros la recuerden como la profesora que les mandó como tarea a preguntar a sus abuelitos si la dama tapada existía. Quizás no, pero Patricia seguirá preparando sus clases, disfrazándose y motivando en la nueva etapa que le espera.

Antes de que cayera la tarde, la maestra sonreía con el rostro de perfil al sol, para ser retratada. Cerca de su casa, en la Ciudadela del Río 2, el río Daule corría apacible y reflejaba en sus aguas el cielo despejado de aquel atardecer, al norte de Guayaquil.     

 Para ver más fotografías, visite la galería aquí

Le recomendamos leer también: 

El mundo de Maite 

El mundo de Leiban

Reflexiones por la educación 

Deja una respuesta

Your email address will not be published.